¡Hola a todo el mundo! ¿Os acordáis todavía de mi? Madre mía, más de tres años sin publicar, ¡el tiempo vuela!
Pero qué mejor excusa para retomar el blog que diciendo que sí a un sarao organizado por María, de A ratitos perdidos. Seguro que ya lo sabéis, pero por si acaso os lo cuento yo. A raíz del programa Maestros de la Costura, alguna loca (si, Di, ya sabes que eres tú), propuso crear un grupo de whassap para comentar el programa. Y dicho y hecho. La verdad es que fue un chat intenso a la par que divertido. Peeeero... se nos acabó el programa y no os creáis que la actividad del grupo disminuyó, que para entretenernos no necesitamos programas.
Así que a María se le ocurrió este reto y nos lo lanzó. Y aquí me tenéis, presentándoos lo que para mi sería un vestido trotero.
Y qué queréis que os diga... me puse a pensar... ¿qué diferencia un vestido trotero a uno no trotero? Mi respuesta es, que nada, que se puede trotar igualmente con un vestido de punto que con uno de plumeti o piqué. Si lo pensáis bien, el patrón de un vestido es siempre lo mismo, cuerpo y falda, o cuerpo alargado, y que a los niños que sea de una tela u otra les da lo mismo, lo que quieren es jugar. A mi hija lo único que le importa es que tenga mucho vuelo para poder dar muchas vueltas. La diferencia en realidad la marcamos nosotros, que hemos perdido nuestro lado infantil y despreocupado. ¡Toma ya!
Así que el patrón elegido para el reto es una blusa de la revista Patrones Mujer pero alargándolo hasta convertirlo en vestido. El año pasado le cosí un par de blusas del mismo patrón y me encantan. La ventaja que tiene es que el año que viene, cuando le quede corto, le paso la tijera ¡y listo!. La tela es un plumeti que compré en Traetela hace ya dos años.
Siendo sincera, este vestido lo empecé a finales del verano pasado, pero se quedó en los pendientes, y el reto me pareció la excusa perfecta para terminarlo.
No os meto mas rollo, aquí os lo enseño.
Como véis, sirve para jugar al baloncesto,
Jugar en el parque:
Subir a los columpios:
E incluso usar las máquinas de gimnasia de los abuelos:
¿Qué os parece? ¿Pensáis que Sofía está preocupada por si su vestido es trotero o no?
Os diré también que hace tres temporadas le cosí un vestido con una tela de Michael Miller que tenía en la tienda y que ha sido mi vestido favorito de todos los tiempos. Trotero o no, lo ha usado muchísimo, y el día que lo estrenó fue en un cumpleaños donde hicieron pizza. Volvió el señor vestido con un manchurrón enorme de tomate, de esos que sólo las abuelas saben quitar.
El vestido en cuestión es este:
Y estaréis pensando a qué viene enseñaros este vestido. Y os lo digo: me gusta tanto que como no lo había blogueado antes, si no lo enseño, reviento. ¡Ala! ¡Ya está! ¡Jajaja!!
¡Pasad un día estupendo!